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CONSUELO EN JESÚS.

vie, 10 jul

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Misión Sembrar 🌻

En el momento en que el dolor y la pérdida sean demasiado grandes para expresarlos con palabras, debemos recordar que no estamos solos. Nuestro Padre celestial entiende nuestro dolor y nos da consuelo en Jesús.

Gracias por su atencion. Esperamos haya sido de bendicion para su vida.
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¡Sembrando la buena semilla!

10 de jul de 2020, 4:09 p. m. – 11:49 p. m.

Misión Sembrar 🌻

Acerca del devocional

"Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos. Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la consolación."  (2 Corintios 1:3-5) RVR1960

 📌 Para aprovechar al máximo este devocional, lea (Juan 11) Antes de leer, ore y pida al Espíritu Santo que le guíe a la verdad que se encuentra en este pasaje. Pero sobre todo, confíe en el Espíritu Santo. Él es el mejor Maestro.🕊

En el Evangelio de Juan capitulo 11, encontramos una escena sobrecargada de emoción, curiosidad y conflicto: la resurrección de Lázaro. Cuando estaba agonizando, sus hermanas llamaron con prisa al Señor. Piense en cómo debió haber aumentado el sufrimiento de Marta y María  al ver que Jesús no respondía  de inmediato a su petición. El pueblo de Betania donde vivían Lázaro y sus hermanas estaba ubicado unos tres kilómetros al este de Jerusalén en el camino a Jericó. Estaba lo bastante cerca de Jerusalén para Jesús y sus discípulos. Sin embargo, cuando Jesús llego a Betania al cuarto día, Lázaro ya había muerto. Las hermanas del difunto pensaron que el Señor se había demorado: "Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. (Juan 11:21) le dijo Marta. Sin embargo, su demora tenía un propósito específico. Lázaro murió para que el poder de Cristo sobre la muerte pudiese mostrarse a sus discípulos y a otros.  

Al igual que las hermanas de Lázaro, a veces creemos que el Señor tarda en ayudarnos en medio de nuestro sufrimiento. Tal vez nos haga pensar que El no responde o no lo hace como quisiéramos. Pero el Señor ha prometido suplir nuestras necesidades de acuerdo con su programa y propósito perfectos (Fil. 4:19). Los cristianos no somos inmunes al dolor,  pero en el momento que tengamos necesidad de ayuda extraordinaria, Dios ofrece recursos extraordinarios. Así que, no debiéramos titubear en pedir su ayuda.

Debemos recordar que los planes de Dios siempre son oportunos aun cuando según nosotros parecen demorar. También, debemos aprender a confiar en el Señor, pues El nunca llega tarde en nuestro auxilio. ¡Nada lo toma por sorpresa! Su tiempo no está sujeto a nuestro reloj y tampoco a nuestro calendario. Aunque no conozcamos la extensión, duración o frecuencia de las circunstancias adversas, debemos confiar en el Señor. Sin embargo, para confiar en El, en necesario conocerle a través de una relación personal e  íntima. En el Salmo 9:10 leemos: "En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron". Como puede ver, conocer a Dios es mucho más que sólo tener un mero conocimiento teológico acerca de Él. ¿Cómo podría Usted descubrir que una persona es confiable si primero no le conoce? Sólo en la medida que le conozcamos íntimamente, podremos descansar en el Señor. En tanto que Usted estudie y medite en la Palabra de Dios, y relacione su situación presente con lo que el Espíritu Santo le está enseñando a través de un pasaje especifico de las Sagradas Escrituras, podrá confiar completamente en Dios por el hecho de saber quién es El.

Cuando no confiamos en El, dudamos de su amor, poder y fidelidad, y al mismo tiempo cuestionamos su bondad. Somos como el pueblo de Israel cuando en su peregrinación hacia la tierra prometida habló mal de Dios diciendo: “¿Podrá Dios preparar mesa en el desierto?” (Sal. 78:19). La falta de fe, es el resultado de nuestro distanciamiento y poco interés que mostramos en cultivar cada día una relación intima  con el Señor. Pero quienes están familiarizados íntimamente con Cristo invirtiendo tiempo en su Palabra y hablando con Él en oración, les resulta más fácil sobrellevar las dificultades de la vida y consecuentemente,  ver la gloria de Dios en cada aspecto de su vida.

Cualquiera que sea su situación, Cristo viene a usted por caminos de consolación como lo hizo con esta afligida familia de Betania. Acuda a Él en oración. Hebreos 4:15-16 nos dice: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” Cristo es el “varón de dolores y experimentado en quebranto” Él y solo El entiende mejor que nadie nuestro dolor, conoce a profundidad nuestro sufrimiento, y se compadece de nuestras debilidades, temores y angustias. En su invariable amor, Dios siempre desea lo mejor para nosotros, en su infinita sabiduría, El sabe lo que es mejor para sus hijos, y en su soberanía, tiene el poder, el dominio y la autoridad para hacer que todas las cosas redunden en beneficio nuestro. Cuando surgen los problemas, ¿Qué hace Usted? ¿Murmura, protesta y culpa a Dios, o ve en sus dificultades una oportunidad de honrarlo mostrándole confianza?

¿Qué tanto confía en Dios? ¿Confía de verdad aun cuando todo parece sin sentido y fuera de control? Bastara para sentirnos consolados, animados y fortalecidos, que reconozcamos la soberanía de Dios en cada circunstancia de nuestra vida, sea buena o sea mala. Cuando hablamos de la soberanía de Dios no significa que El gobierna el universo antojadizamente y sin ningún propósito, todo lo que nuestro Padre Celestial hace o permite en nuestra vida es motivado por su amor para con nosotros, y en su infinita sabiduría El sabe lo que es mejor para cada uno de sus hijos. Así lo enseña la escritura: "Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias; porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres" (Lamentaciones 3:32-33).

Si Usted es creyente, quiero que sepa que Dios no es un simple espectador de sus circunstancias actuales, El es su Padre Celestial. Usted no es una víctima de los acontecimientos a su alrededor, Dios ha diseñado un plan y propósito eterno para su vida. Como hijos suyos, gozamos de su constante cuidado para gloria suya y el bien de su pueblo.🙏

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