"Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna." (Santiago 1:2-4) 🕊

Comencemos leyendo el capítulo 1 del libro de Santiago: “Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud.” Luego, usted esperaría algunas palabras suaves, afectuosas, o algún párrafo preliminar a fin de preparar al lector para la bomba que sigue en el versículo 2, pero Santiago la deja caer sin más ni más cuando dice: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,” En otras palabras: “Cuando toda clase de pruebas y de tentaciones ocurran en sus vidas mis hermanos, no las consideren como extraños, sino denles la bienvenida como amigos”

Si Usted está pasando por dificultades en este momento, probablemente las palabras de Santiago le resulten un duro golpe hasta dejarlo aturdido. Tal vez piense: “¿Darle la bienvenida a los problemas?  No creo que Dios hay tenido la intención de decir eso”. Bueno, si usted es un creyente enseñable, podría mirar el mismo versículo en la versión Reina Valera, tal vez piense que el traductor moderno cometió un error, pero allí usted encontrará las palabras “tened por sumo gozo” ¡Ciertamente, Santiago quiso decir lo que dijo!

La palabra “pruebas” en este pasaje significa que usted como hijo de Dios ha de ser probado en su fe. Piense en lo siguiente: Cuando Dios le concedió a los israelitas la tierra prometida, El no les quitó a los pueblos enemigos que allí habían, los dejo a fin de que los israelitas pudieran ser probados en su lucha contra ellos. Así que, los problemas a los que se refiere en este versículo son los que han llegado a su vida de manera inesperada y le han sumergido en la depresión, temor y angustia retorciéndose impotente con disconformidad o ira según sea la gravedad del caso. ¿Cómo puede usted remediar el caso de una enfermedad terminal? ¿O un accidente de tránsito Mientras usted manejaba su vehículo y sin que usted tuviera la culpa? ¿O como lidiar con el hecho de que los trabajos sean difíciles de hallar? ¿Es cierto entonces que hay que tener sumo gozo ante la llegada de problemas inesperados? 

Tal vez esto le parezca algo monstruoso, pero ¡aguarde un momento! La Biblia en este pasaje que hoy nos ocupa no dice que la felicidad es tener problemas. Decir eso sería engañoso, hoy en día podemos escuchar a muchos falsos maestros que nos dicen que la vida cristiana va a ser gozo, prosperidad y bienestar, pues el deseo de Dios es vernos siempre felices concediéndonos todo lo que le pidamos. Pero decir esto, es tener una puerta abierta hacia la desilusión y el desconcierto en el momento en que el dolor y el sufrimiento se presenten. Las dificultades de la vida no constituyen la felicidad y tampoco son “puro gozo”. Santiago no lo expresa de este modo. Lo que efectivamente indica es: “¡concédanles la bienvenida!” y en la versión Reina Valera: “tener por sumo gozo”.

Ahora bien, es posible que aun teniendo el versículo bastante claro, no le resulte muy alentador y su fe vuelva a empañarse y diga: “¡En nombre del sentido común!  ¿Darles a darle la bienvenida, tener por sumo gozo? ¿Por qué? ¡Tiene que haber una razón!” y claro que la hay. Y si Usted está verdaderamente en proceso de crecimiento espiritual, se sentirá menos inclinado a hacerse ese tipo de preguntas. A decir verdad, hay algo beneficioso para usted en este asunto de las pruebas. Recuerde que, en los tratos de Dios siempre habrá algo mejor para usted, simplemente no puede perder, el Señor le aventajara siempre en cada oportunidad.

Cuando Dios le dice que tenga sumo gozo cuando se presentan los problemas, le está diciendo que mire el asunto que le preocupa como El lo ve. Al hacerlo, la dolorosa situación podría convertirse en ganancia y el que se beneficia podría ser Usted. Sigamos leyendo el versículo tres del capítulo 1 de Santiago: “sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”

La palabra “paciencia” no se refiere en este pasaje a una insípida cualidad pasiva, sino que es activa, resonante y dinámica, denota “poder de permanencia, constancia y firmeza”. Es un vocablo que significa: ¡no renunciar! ¿Sabe Usted cual es el atributo característico de un fisicoculturista? es la perseverancia. Se mantiene en la práctica disciplinada y constante de hacer ejercicios aunque no siempre tenga el deseo de hacerlo, no renunciara. Debemos admitir que no todos somos  unos campeones en el tema de los deportes y el ejercicio. 

La mayoría de nosotros no somos perseverantes. Alguien que esté involucrado activamente en un programa de ejercicios y que se haya mantenido constante, sabe lo que es la acción del desaliento, los calambres, los músculos adoloridos suplicando que renuncie. Tal vez, usted se haya ejercitado por un tiempo y después de 25 veces, esa pierna suya no se elevará al contar 26, pero si usted persevera cada mañana con la firme determinación y luego de  dos o tres días, ¡sucede! 26, 27, 28, ¡increíble! 29, 30, 31, 32 y así hasta llegar a los 50 ¡fantástico! Probablemente usted se hubiese contentado con llegar a los 26 sin ninguna dificultad y sin sentir dolor, pero consiguió el doble. ¿Porque el salto repentino? Las investigaciones médicas nos dicen que una completa red de vasos sanguíneos que alimentan a esos músculos se ha desarrollado para encargarse de la demanda adicional del mismo modo en que una super carretera conduce a los lugares más apartados. Así que, mientras usted se mantenía machacando insistentemente sus músculos hasta sentir dolor, algo beneficioso se estaba desarrollando enormemente en usted sin siquiera darse cuenta, sigamos leyendo el versículo cuatro: “Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”

Es como si Santiago en un lenguaje actual nos dijera: “pero dejemos que el proceso siga adelante hasta que la paciencia esté totalmente desarrollada. Y ustedes descubrirán que han llegado a ser hombres de carácter maduro” No hay nada como un problema de grandes dimensiones para poner un poco de tensión y revelar su verdadero carácter.  El deseo de Dios al permitir una dificultad en su vida es que su fe en El se arraigue y madure, y su poder de resistir al anclarse en su Palabra, aumente. Sepa que, mientras usted está resistiendo, y ejercitándose de manera constante y disciplinada en la lectura y estudio de la Palabra de Dios y la oración, nuevas redes abarrotadas de fortaleza semejantes a los vasos sanguíneos, están desarrollándose en su interior, y usted está progresando.

Los resultados del ejercicio físico son siempre beneficiosos, pero la práctica  involucra un proceso doloroso. Los abultados músculos y cuerpos delgados que tienen los deportistas, no los consiguen balanceándose en una hamaca, los músculos no crecen con la negligencia. Así que, deje que su poder de resistir y su fe crezcan, luego como dice Santiago, usted tendrá un carácter fuerte ¡realmente maduro! 🙏