Dios le dijo a Jeremías: " Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces." (ESTUDIO BIBLICO BASADO EN Jeremías 33:1·3)
¿Cuántos de nosotros hemos hecho compromisos que no pudimos cumplir? Probablemente lo hayamos hecho sin la intención de fallarle a quienes depositaron su confianza en nosotros; Pero lo cierto es, que a veces decepcionamos a quienes se fían de nuestra palabra. Pero cuando el Dios todopoderoso y perfecto en sus caminos nos promete en su palabra que Él responderá nuestras oraciones es porque indefectiblemente lo hará. Nuestro Padre Celestial no solamente nos dice que oirá nuestro clamor, sino que, también responderá en su infinita sabiduría cada una de nuestras oraciones. Surge entonces una serie de preguntas que ameritan respuestas: ¿Responde Dios siempre nuestras oraciones? ¿O sólo contesta determinado tipo de oración? Considere por ejemplo, las peticiones que usted le ha hecho a Dios últimamente. ¿Están siendo contestadas? ¿Tiene la certeza que le serán contestadas? En realidad, la pregunta correcta no es: ¿Responde Dios nuestras oraciones? ¡Claro que lo hace! La interrogante puntual es: ¿De qué maneras responde Dios nuestras oraciones? En ocasiones el Señor responde que sí, cuando nuestras peticiones se encuentran en armonía con su voluntad. Por lo general esa es la única respuesta que nos gusta. Pero Si Él nos contesta con un “NO” pensamos que no hizo caso a nuestra petición.
Pero cuando Dios contesta nuestras oraciones, no solamente nos responde que sí, también contesta nuestras peticiones cuando nos dice que no, ya sea porque no es el tiempo, o quiera darnos algo mejor, o quizá no estemos listos y necesite trabajar primero en nosotros. Otras veces nos dirá que esperemos con el fin de aprender a esperar en El y crecer en paciencia.
Piense en el agrado del Padre Celestial si le alabáramos con todo nuestro corazón y le diéramos gracias cada vez que nos da un “NO” o un “ESPERA” como respuesta a nuestras oraciones del mismo modo que lo hacemos cuando nos contesta con un “SI”.
En su soberanía, Dios no está obligado a responder con un “SI” a todas nuestras oraciones. Él tiene toda la autoridad, dominio y poder para decirnos que no o que debemos esperar todavía un poco mas conforme a su infinita sabiduría. ¡Dele gracias a Dios y adórele cuando responda a sus oraciones con un “no” o un “espera” porque El sabe lo que es mejor para nosotros (Rom. 8:28). Con frecuencia, el Señor contesta de esta forma para protegernos de nuestros deseos egoístas y auto destructivos.
Frecuentemente, tratamos de localizar un versículo en la Biblia y comenzamos a “reclamar” lo que el texto dice mientras le presentamos nuestras peticiones al Señor, como si eso hará que El cambie su voluntad. Pero el “reclamar” lo que diga un pasaje bíblico no hará que Dios cambie de opinión porque su Palabra no puede contradecirse con su voluntad. Si Dios le ha contestado con un “NO”, entonces la respuesta es no y Ud. debe aceptarlo gozoso y someterse a su voluntad. Si Él le ha estado diciendo que debe seguir esperando, entonces debe aprender a crecer en paciencia y deleitarse en Dios. El se encuentra más interesado en moldear nuestro carácter, que en nuestra satisfacción momentánea concediéndonos todo aquello que deseamos. Con esto en mente, recuerde lo siguiente: ya sea que el Señor conteste nuestras peticiones con un “SI”, un “NO” o que “ESPEREMOS” todas ellas son un acto de gracia motivadas por su amor, bondad y cuidado por nosotros.
¿Cuál suele ser su reacción frente a las respuestas de Dios? ¿Revelan un espíritu rebelde e inquieto o un corazón obediente? Si objetamos las respuestas de Dios cuando no están en consonancia con nuestros planes, nos engañamos a nosotros mismos al creer que podemos manipular o usar a Dios para nuestros propósitos egoístas. Pero si aceptamos con gratitud, paciencia y obediencia cada una de sus respuestas sin importar cual sea, Él nos concederá las peticiones del corazón porque estaremos pidiendo conforme a su voluntad y para su gloria.
Comentarios