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LA REVELACION DE LAS COSAS OCULTAS

Actualizado: 5 abr 2020

Dios le dijo a Jeremías: " Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces." (BASADO EN Jeremías 33:1·3)

"Te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces."


Diariamente tomamos decisiones sobre asuntos importantes que requieren atención inmediata de nuestra parte. Decisiones conyugales, decisiones laborales, familiares y económicas. En ocasiones, las circunstancias a nuestro alrededor son tan complejas y difíciles de sobrellevar, que no sabemos qué hacer ni que decisión tomar. Simplemente, nos quedamos perplejos y desorientados. Pero en Jeremías 33:1·3, el Señor promete revelarnos su dirección para la toma de decisiones importantes en nuestra vida. Lamentablemente, muchos creyentes se la pasan tomando decisiones basados en su propia experiencia, habilidades, recursos o conocimiento. Lo cual puede resumirse en una sola palabra: ¡autosuficiencia!


Queremos hacer las cosas a nuestra manera, lanzamos por asi decirlo, una moneda al aire y decimos: "Señor, ¡esto es lo que voy a hacer! Si es tu voluntad, bendícelo. Y Si no lo es, entonces tendré mejor suerte la próxima vez."

Pero los cristianos no tenemos porque andar adivinando cual es la voluntad de Dios; Su deseo es que estemos seguros de cuál es su voluntad en cada paso que demos. Incluso, nuestro Padre Celestial se encuentra más interesado en revelarnos su voluntad, más de lo que nosotros queremos conocerla.

Por eso nos ha dejado su Palabra escrita: La Biblia. Así que, Dios no puede bendecir y de hecho no bendecirá nada que hagamos fuera de su voluntad. Probablemente se esté preguntando en este momento: "¿a qué se refiere el pasaje bíblico cuando dice: "Te enseñaré cosas grandes y ocultas que tu no conoces?" Cuando clamamos a Dios pidiendo nos muestre su voluntad en determinado asunto, hay un aspecto importante y significativo que El anhela revelarnos: El desea revelarnos más de sí mismo, quiere que aprendamos a conocerlo mejor, que nuestra relación con El se profundice y nuestra fe se arraigue. Como resultado de una revelación mas clara del carácter y naturaleza de Dios, descubriremos lo que Él es capaz de hacer en favor nuestro. ¿Que podría ser más grande y alentador en circunstancias difíciles que buscar el rostro de Dios en su palabra y la oración a fin de conocerle mejor? Si acudiéramos a El con una actitud así, podríamos verlo obrar en cada una de nuestras circunstancias. Desarrollaríamos paciencia, ejercitaríamos el gozo y la paz de Cristo al estar plenamente consientes de sus atributos divinos, veríamos su amoroso involucramiento e intervención activa en cada aspecto de nuestra vida al conocerlo mejor.


La palabra "ocultas" en ese pasaje se refiere a cosas que se encuentran encerradas. Por ejemplo, cuando se hablaba en aquellos dias de ciudades fortificadas con altos muros alrededor.

Lo que Dios está diciéndonos en este pasaje, es que, mientras oramos buscando su dirección por el solo hecho de que priorizamos hacer su voluntad y no la nuestra, EL nos dará la perspectiva bíblica de la situación, o problema que estemos viviendo. La dirección que necesitamos en momentos difíciles debe venir directamente de Dios. ¡Él es la Fuente de toda sabiduría! Piense en lo siguiente, ¿Cuántas familias estarían unidas en la actualidad si hubieran buscado la voluntad de Dios a sus problemas hogareños? ¿Cuántos hijos e hijas estarían todavía en casa, si sus padres hubieran llevado sus problemas familiares al Señor? Hay cosas (verdades y principios prácticos provenientes de la Palabra de Dios) que se mantendrán ocultos para nosotros, mientras no admitamos nuestra incapacidad para lidiar con determinado asunto y mantengamos nuestra Biblia cerrada. Después de todo, nunca fue la idea de Dios que resolvamos como podamos nuestros problemas. Fuimos diseñados para depender de su auxilio sustentador. Pero a menudo, nos negamos a aceptar el ofrecimiento de su ayuda y su consejo revelado en su palabra. Queremos soluciones rápidas a nuestros problemas no estamos dispuestos a esperar en completa calma en tiempos apremiantes.

Pero nuestro Padre Celestial quiere hacer mucho más por nosotros que simplemente satisfacer nuestras necesidades inmediatas. ¡El anhela tener un compañerismo estrecho con sus hijos! Quiere nuestro corazón, nuestra vida sin reservas.

Es muy cierto que Dios nos anima a clamar a Él y llevarle nuestras cargas en oración, pero sólo después que busquemos su rostro porque le amamos y deseamos conocerle más, y no solamente su mano para que nos ayude con nuestros problemas.

Si usted ha estado buscando la dirección de Dios sobre algún asunto en particular sin tener respuesta, examine su corazón. Considere la motivación por la cual Usted acude al Señor. ¿Lo busca solo para emergencias como el 911? ¿Está realmente interesado en cultivar una relación mas estrecha con Dios, o habrá algún otro aspecto de su vida que no haya rendido por completo al Señor? ¿Quizá un habito pecaminoso, un asunto sin resolver con alguna persona? Cuando lo haga, usted se pondrá en una posición donde le permitirá a Dios bendecirlo. Cuanto más dispuesto este a renunciar a su autosuficiencia y egocentrismo, tanto más le revelara el Señor lo que usted necesita saber para que tome decisiones correctas, sabias y beneficiosas para Usted y quienes le rodean y que le glorifiquen a Él.


Cualquiera que sea su situación en este momento, Dios le invita a venir a Él: "Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces." El Padre Celestial está más que dispuesto para disipar toda la bruma de inertidumbre que rodea sus circunstancias presentes. ¡Él desea mostrarle lo qué Usted debe hacer para afrontar con valor, sabiduría y confianza cada obstáculo, cada inconveniente, cada prueba inesperada! En lugar de clamar a Dios pidiendo que le libre de sus aflicciones, pida conocerlo mejor, muéstrese dispuesto a someterse a su voluntad, confíe en su infinita sabiduría, aférrese a sus promesas y espere con paciencia su dirección diciéndole: "Señor, no me apresurare hasta que tú me indiques en tu palabra lo que quieres que yo haya y me muestres, que es lo que quieres enseñarme en esta situación" Si esta es su actitud, entonces ha dado ya el primer paso para aprender a hablar con Dios en oración.


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