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¡Gratitud rebosante!

Actualizado: 18 jul 2020



Luego de que un hombre de 93 años recuperara la salud en un hospital de Italia, se le pidió que pagara el costo del respirador por un día y de repente, el anciano se echó a llorar. Al observarlo el médico, le alentó a no preocuparse por la factura. Pero lo que dijo el anciano, conmovió a todos los oyentes que estaban presentes en esa habitación del hospital.

"No lloro por el dinero que tengo que pagar”, respondió el anciano “porque puedo pagar todo esto.” “Lloro porque he estado respirando el aire de Dios durante 93 años y nunca pagué por ello y jamás le di las gracias. ¡Se necesitan 500 euros para usar un respirador artificial en el hospital durante un día!” Y mirando a los ojos al doctor agrego: “¿Sabe Ud. cuánto le debo a Dios? ¡Nunca le he agradecido por esto antes!".


Tal vez Usted piense que tiene muchas razones para ser desagradecido. Quizás, el problema sea que Usted es demasiado egocéntrico para dar gracias. Probablemente piense que el mundo le debe algo. Si esto piensa, prepárese para días malos, horas amargas y difíciles. Usted nunca recibirá un reembolso. La vida nunca será color de rosas y el cielo competentemente azul; Habrá tormentas. ¿Se puede estar agradecido con Dios en esas circunstancias? Cualquiera puede dar gracias a Dios durante la luz del día, pero El espera de sus hijos que lo hagamos aun en medio de la noche oscura. El agradecimiento como un patrón de conducta, nos ayuda a superar los momentos difíciles.

Es fácil quejarnos de la vida cuando las circunstancias toman un rumbo trágico. Sin embargo, la Biblia nos da muchas razones por las que debemos agradecer y alabar a Dios.

El Salmo 103 versos 1-5 nos da algunas de ellas:

1 Bendice, alma mía, a Jehová,

Y bendiga todo mi ser su santo nombre.

2 Bendice, alma mía, a Jehová,

Y no olvides ninguno de sus beneficios.

3 El es quien perdona todas tus iniquidades,

El que sana todas tus dolencias;

4 El que rescata del hoyo tu vida,

El que te corona de favores y misericordias;

5 El que sacia de bien tu boca

De modo que te rejuvenezcas como el águila.

Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Por lo general, nuestra ingratitud hace que demos por sentado el cuidado y provisión de Dios en nuestra vida diaria. Muchas de las bendiciones que disfrutamos como la salud, el sustento y el abrigo, nunca las notamos ni damos gracias al Señor. Simplemente, ¡pasan inadvertidas! Pero estas bendiciones diarias son un recordatorio constante de la bondad de Dios para con nosotros. ¿Cuándo fue la última vez que dio gracias a Dios por estas sutiles bendiciones? Con frecuencia, somos como el pueblo de Israel que ni siquiera se percato que durante cuarenta años de peregrinación por el desierto, sus ropas y calzado no se gastaron y sus pies tampoco se hincharon. ¡Se olvidaron de dar gracias a Dios por estas bendiciones!


¿Tiene usted un corazón agradecido, o dice “gracias” solo cuando las circunstancias a su alrededor son favorables?



Ser agradecidos con Dios en cualquier situación es posible cuando Cristo es el Todo en nuestra vida. Cuando estamos llenos de gratitud, podemos encontrarnos tarareando himnos y canticos espirituales que magnifican al Señor dondequiera que estemos sin importar las circunstancias. (Efesios 5:19) Además, ser agradecidos con Dios evita que pensemos que la vida cristiana gira en torno a nosotros y a nuestras necesidades. El apóstol Pablo por ejemplo, se había apartado de las cosas materiales a fin de poder concentrarse en lo eterno:


“Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.” (Filipenses 4:12)


No se olvide de ser agradecido cuando vea sus deseos y necesidades satisfechos. Permita que sus oraciones estén llenas de gratitud y alabanza a Dios por estas bendiciones silenciosas, incluso por el aire que respira. Sólo cuando llegamos enfermos a un hospital como el anciano de la historia, nos damos cuenta que inhalar oxígeno con un respirador artificial cuesta dinero.

El pan de cada día, el techo, el abrigo, la salud, el trabajo, la familia, el aire que respiramos cada día, todas estas cosas las recibimos del Señor sin merecer ninguna de ellas. Así que, por difícil que sea su vida en el presente, siempre habrá motivos para agradecerle a Dios por todo lo que ha hecho por Usted a lo largo de su vida, Él no le falló entonces, tampoco le fallará ahora. Y puede contar además con sus bendiciones presentes y futuras. Dar gracias significa también alabarlo, temerlo, obedecer sus mandamientos y hacer su voluntad. ¿Es su vida una alabanza al Señor?

La mejor forma de mostrar gratitud a Dios por bendiciones recibidas, es mediante nuestra obediencia. Viviendo de tal forma que le agrade a EL y le traiga honra.

La acción de gracias es el mejor recurso que tenemos los creyentes para salir de la depresión y la tristeza. Regocija nuestro espíritu Aun cuando la gratitud es siempre beneficiosa, no siempre es fácil cuando surgen los problemas. Lo más probable es que no esté de ánimo para dar gracias a Dios. Pero la acción de gracias por todo lo que el Señor ha hecho por nosotros, es la manera más efectiva de cambiar nuestra ingratitud, y revitalizarnos.


A medida que escudriñemos la Palabra de Dios y nuestra relación con el Señor se profundice, Él se convertirá en nuestro centro de atención en lugar de nosotros mismos, y nuestras oraciones estarán llenas de alabanza y gratitud, no solamente por las cosas buenas que recibimos de Él cada día, sino por lo que Él es: ¡EL BUEN DADOR! que envió a su Hijo Unigénito Jesucristo a morir por nosotros en la cruz del Calvario. La gratitud siempre nos llevara a mirar a Dios, y a sustituir la amargura por el contentamiento, el gozo y la paz de Cristo. .







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¡Gloria a Dios por su Bondad!

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