"MOMENTOS QUE NOS SOSTIENEN"

Historias de fe que edifican

La vida puede ser difícil y dolorosa incluso cruel. Sin el menor aviso, podemos ser tomados desprevenidos por algún tipo de calamidad. Y nuestra fe en Cristo no nos otorga ni garantiza “inmunidad ante las crisis”.

José Cabrera, es un amado hermano en Cristo que ha descubierto el plan y propósito amoroso de Dios en cada etapa de su vida, incluso en los momentos más difíciles.

Hace algunos años José Cabrera sufrió un terrible accidente de tránsito. El cual le provoco una contusión en la cabeza causándole pérdida del conocimiento e inflamación en el cerebro. Como resultado, Paso en coma dieciocho días. Los médicos pensaron que no sobreviviría debido a su estado crítico. En el menor de los casos, quedaría paralizado del cuello hacia abajo con daño cerebral, lo que le dejaría un tipo de retraso mental.

A todo esto, le sobrevino una infección en sus pulmones causada por una bacteria que hizo que estos se llenaran de agua. Aunque José y su familia habían pasado gran parte de su vida aprendiendo a confiar en la voluntad del Señor, esto no dejaba de ser decepcionante y sumamente doloroso. Durante ese período de angustia, tristeza y dolor, su esposa Roxana, una de las personas más influyentes en su vida le acompaño en todo momento y juntos comenzaron a entender que la vida abundante que Cristo ofrece, no está desprovista de aflicciones.

En realidad, el gozo se halla envuelto en la adversidad; ambos están inevitablemente entrelazados. La vida abundante encuentra a menudo su origen en la adversidad. Y aunque les fue difícil abrazar esta verdad, de inmediato a toda la familia le quedo claro que Dios es bueno en todo momento, y que El no solamente se encuentra activamente involucrado en cada una de nuestras circunstancias, también hace que todas las cosas redunden en beneficio de los que le aman. (Rom. 8;28)

Durante todo ese tiempo, familiares y hermanos en Cristo habían estado orando por su recuperación. A medida que pasaban los dias, José logro despertar de su estado en coma y lo primero que hizo fue percatarse de la presencia de sus seres queridos en la habitación del hospital, quienes se habían convertido en "compañeros de sufrimiento". Sentirse como en casa en un ambinte familiar, fue para Jose un regalo de parte de Dios. La sola presencia de sus seres queridos alrededor significo más que cualquier otra cosa; era un recordatorio constante de la fidelidad de Dios por medio del amor, la paciencia y sacrificio de su esposa Roxana, sus hijos y demás familiares que estarían con él para alentarlo en el camino de la recuperación que tenía por delante. El ambiente ahora en el hospital, era más tranquilo. En el momento preciso, Dios intervino enmedio del sufrimiento, para captar la atención de José y su familia e invitarlos a cultivar una relación más profunda con EL.

Cuando pasamos por dificultades o sufrimientos, acudimos a otros para que oigan nuestros lamentos. Pero me pregunto: ¿con qué frecuencia buscamos ser la persona que amablemente da un paso al frente para involucrase activamente en los problemas de un familiar, un compañero o amigo afligido? Ser receptores de la gracia de Dios debe motivarnos cada día, a amar a todos los que nos rodean como a nosotros mismos.

Ciertamente, el proceso de rehabilitación fue bastante dificil, la incertidumbre sobre cómo iban a resultar las cosas luego de esta experiencia, hizo que José se formulara en los siguientes meses las siguientes preguntas: "¿me podre recuperar realmente de este accidente? ¿Podre trabajar para proveer a mi familia y cumplir con mis obligaciones?"

En tiempos de dolor, concentrarnos en la grandeza y fidelidad de Dios, pone los problemas en la perspectiva correcta y nos anima a estar confiados. Después de todo, Dios tiene el control de todas las cosas y siempre esta trabajando.

En el presente, José y Roxana son los padres de tres hermosos jóvenes: Andrea, Nicole y José. Si bien, José y su familia siguen enfrentando dificultades, pruebas y retos como creyentes, suelen fortalecerse trayendo a la memoria la fidelidad del Señor a lo largo de sus vidas. Como familia, eligieron depositar su confianza en el Señor a pesar de los pronósticos reservados y las circunstancias. Se aferraron a las promesas de Dios y dejaron las consecuencias en sus manos. Hoy, están satisfechos de haberlo hecho. Para ellos, saber que Dios es fiel ha sido una verdad experimental a la que se han aferrado hasta el día de hoy.

Al mirar hacia el pasado, la familia Cabrera puede ver ahora desde una perspectiva biblica, la forma en que Dios obro a través de esa prueba tan dificil y comprenden a la vez, su valor e importancia como parte del plan y propósito de Dios para sus vidas.

Convertirnos en cristianos no cambiara nuestras circunstancias, pero si requerirá de nosotros una reacción diferente si vemos cada situación como permitida por Dios para beneficio nuestro y la gloria de El.

En el libro de Isaías 41:10 el Señor nos alienta a confiar en El diciendo: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” Actualmente, José y su familia viven en Tegucigalpa y siguen siendo testigos fieles de Cristo impactando a otros con su manera de responder a las dificultades y retos de la vida. Para ellos, como a muchas familias creyentes que desean lo mejor de Dios ha sido un largo camino, lleno de grandes luchas si, pero con la excepción del amor constante y la fidelidad de Dios aun en los momentos más dolorosos, y hoy, siguen agradecidos con el Señor porque José, el esposo y el padre de familia, está de nuevo en casa.

Es posible que Usted esté pasando por una situación difícil. Cuando estamos inmersos en el dolor, podemos tener más preguntas que respuestas. Pero cualquiera que sea su caso, podemos clamar al Señor, o podemos retirarnos en silencio como Job, quien sufrió pérdidas terribles (Job 2:13). Pero sin importar cómo experimentemos la adversidad, no estamos solos: el Padre celestial se encuentra activamente involucrado entretejiendo cada circunstancia para bien nuestro, y nos consuela en nuestro dolor.