Dios quiere, sin duda, escuchar lo que nos preocupa y responder a nuestras necesidades (Fil 4.6), pero si los problemas es lo único que nos lleva a buscarlo, no hemos entendido lo que significa tener una relación intima con Él.
La pregunta es: ¿Cómo debemos enfrentar la ansiedad y la preocupación?
1) Debemos humillarnos delante del Señor.
La vida puede ser difícil, incluso inplacable. Y de forma imprevista, podemos ser sorprendidos por el dolor y la aflicción. Y la fe en Dios no le concede a nadie “inmunidad de las crisis”. ¿Alguna vez se ha preguntado por qué la Biblia habla con frecuencia de la ansiedad? Se trata de un sentimiento torturante que puede hacer que nos derrumbemos ante la frustración, el temor y la impotencia en situaciones de larga espera o de adversidad, y la Biblia nos recuerda que Satanás la maneja hábilmente en contra nuestra.
Sin embargo, no tenemos que vivir con esa sensación de inquietud y desasosiego, la solución evidente es humillarnos delante del Señor.
En situaciones así, la mejor respuesta siempre será rendirnos totalmente a Dios con la plena certidumbre de fe de que nuestro Padre Celestial es perfecto en amor, soberano en control e infinito en sabiduría.
Con esto en mente, nunca olvide que el Señor siempre está permitiendo y diseñando cada circunstancia en su vida para su crecimiento continuo y la gloria de Él. Lea y medite en Romanos 8: 28
2. Debemos perseverar en la oración.
¿Ha considerado usted el alto precio que tiene que pagar por descuidar su vida de oración? El estar a solas con Dios en oración es una hermosa declaración de nuestra dependencia en Él. Si continuamos permitiendo que la ansiedad nos domine, estaremos vulnerables, confundidos e impacientes y arriesgándonos al desastre, tomando decisiones apresuradas fuera de la voluntad del Señor.
Echar nuestra ansiedad sobre Él, es confiar en que Dios se encargará de nuestras necesidades y cargas y en base a tal convicción, actuar como corresponde frente a las circunstancias.
Dios ha prometido en su Palabra asumir la responsabilidad de responder a las necesidades de sus hijos cuando buscamos su rostro en oración; ¿por qué entonces decidir dejar de orar? (Mt 6:31-33)
3. Debemos resistir a Satanás
Cada vez que Satanás utilice la ansiedad en contra nuestra con el propósito de inquietarnos y que dudemos de la Palabra de Dios, el llamado es a resistir permaneciendo firmes en la fe. Dios nunca nos dejará enfrentar solos los ataques del diablo cuando las cosas se pongan difíciles. ÉL nos capacita y nos ayuda a mantenernos inamovibles por medio del Espíritu Santo que mora en nosotros.
1 Corintios 10:13 nos dice: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”.
Si deseamos responder sabiamente ante la ansiedad, debemos aferrarnos a éste pasaje bíblico y añadirlo a nuestra armadura de protección. Rechace las mentiras de Satanás que lo tienen angustiado y ansioso y tenga fe en que el Señor Jesucristo es todo suficiente para manejar su situación cualquiera que sea.
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